martes, 16 de abril de 2013

OTRO PASEO POR LA HISTORIA


Según cuenta Francisco García Duarte, cuando en los reinos cristianos del norte de España se empezaban a formar las lenguas romances, en Andalucía el árabe continuaba siendo la lengua oficial. Esto no impedía que existiera una lengua coloquial entre los habitantes de Al-Andalus. Nos cuenta Virgilio, un filósofo cordobés de la época que en Andalucía se hablaba, “un latinum obscurum” al que sólo tenían acceso los intelectuales y los clérigos, y “un latinum circa romanÇum”, o latín romanceado, que todo el mundo entendía y hablaba. A esta lengua romance la denominan “aljimia”. Esta “aljimia” era una lengua  romance derivada del latín y que influenciada por el árabe, incorporaba términos de este, bien directamente o transformándolo. A veces esta transformación consistía en la adición de del artículo árabe “al-“ a la palabra romance: A estos se les denominaba vocablos aljimiados.  El resultado de transformar el latín al romance, o el árabe al romance, fue la creación de una nueva lengua. Esta lengua popular era la empleada por cristianos, musulmanes y judíos en sus conversaciones informales. Existía pues un auténtico bilingüismo, del que nos han quedado palabras como, “aljofifa”, “zaguán”, “alcoba”….. Estos fenómenos lingüísticos , producidos por el contacto entre dos lenguas diferentes se siguen produciendo a lo largo de toda la geografía mundial. Un ejemplo actual lo tenemos en la forma de hablar de Gibraltar y toda la comarca. Aunque existen  en el lenguaje diferencias muy apreciables de uno y otro lado de la frontera, siguen utilizándose términos comunes como “bequi” por panceta, de bacon; “plomero” por fontanero, de plumber…….Como resultado de dos lenguas en contacto. Además de todos esos términos aljimiados, nuestra lengua mantuvo gran cantidad  de arcaísmos que fuera de Andalucía, se fueron desechando y sustituyendo por nuevas aportaciones del latín, en un castellano en pleno nacimiento. Pero nuestro léxico no sólo se enriqueció con los arabismos y arcaísmos sino también con palabras de origen caló, lengua del pueblo gitano. “Trola” por mentira, o “chalao” por loco, son algunos ejemplos de los muchos que aun se siguen utilizando. También se observa en nuestro habla  una cierta influencia alemana: “chirona”, “pendón”, “tajá”…..A todo esto habría que añadir algunas otras aportaciones del portugués o de los judíos sefardíes. Todo lo expuesto, referido al andaluz en general , es compartido por la modalidad hablada del Campo de Gibraltar, y junto con algunas circunstancias históricas, sociales o económicas,  zona geográfica dónde se halla localizado y el contacto con el inglés han originado esta modalidad de habla.

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